A veces veo cosas que realmente me dejan flipado. Y es que acabo de ver en el telediario a un grupo de personas en Londres manifestándose para que aprobaran una ley que impide cualquier tipo de disciplina física contra un menor de parte de sus padres. Es decir, que ni siquiera le puedes pegar una colleja a tu hijo. La cosa no me sorprendería si no fuera porque dentro del parlamento británico un grupo político defendía esa postura y encima, para mas rematar ya la faena, sale en defensor del menor español diciendo que quiere aprobar también esa ley. Ojo, no se trata de establecer los límites entre el maltrato y un reprimenda, sino de abolir completamente en contacto físico que pueda producir el más mínimo dolor.
Pero por favor, ¿es que todo el mundo se ha vuelto gilipollas?. ¿Qué niño tiene un trauma porque su padre le ha pegado un torta por portarse mal?, ¿qué maltrato existe en eso?. Desde luego que hay que castigar duramente al maltratador e impedirlo en todo lo posible, pero una cosa es eso y otra bien distinta es impedir cualquier reprimenda confundiendo la protección del menor con la no educación. Tampoco creo que haga falta explicar nada, es de sentido común que lo que proponen estos señores es una locura. Ya lo dijo Miguel de Unamuno: “el sentido común es el menos común de todos los sentidos”.
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