sábado, mayo 11

La explosión cósmica del año 775 d.C.

Los rayos cósmicos son partículas subatómicas que se generan en eventos astronómicos como lo son las supernovas o las erupciones solares. La Tierra es constantemente bombardeada por rayos cósmicos que no suponen ninguna amenaza para el planeta, ya que son principalmente protones y partículas alfa de alta energía. Pero a veces, muy de vez en cuando, nos llega una explosión de rayos más energéticos que pueden poner en peligro la vida en el planeta.

Estallido de rayos gamma


Recreación de una explosión de rayos gamma
- Foto vía NASA -


Cuando las partículas de alta carga energética chocan con los átomos de la atmósfera, liberan neutrones que se unen al nitrógeno atmosférico generando carbono-14, un isótopo radioactivo que se adhiere a plantas y árboles y posteriormente a los animales herbívoros.

El estudio de los anillos de crecimiento de dos cedros milenarios en la Isla de Yaku (Japón) ha revelado unos altos niveles de carbono-14 en los anillos correspondientes al año 775 d.C. lo que implica que un estallido de radiación cósmica golpeo la Tierra ese año o el anterior. Se calcula que si un estallido se aquella magnitud nos golpeara actualmente, causaría una auténtica catástrofe en los sistemas electrónicos sensibles de los que dependemos en gran medida, dejando por ejemplo, inservibles gran parte de la flota de satélites.

Se estima que la explosión del año 775 d.C. debió ocurrir a una distancia entre 3.000 y 12.000 años luz del Sol. Pero si la explosión hubiera ocurrido más cerca, podría haber causado daños dramáticos en la biosfera. Esta es una de las teorías para explicar la primera gran extinción de vida registrada en el planeta Tierra, la extinción masiva del Ordovícico-Silúrico hace 445 millones de años. Una ráfaga de tan solo 10 segundos de radiación gamma habría sido suficiente para despojar a la Tierra de la mitad de su capa de ozono inmediatamente dejando a la vida expuesta con unos niveles muy altos de radiación ultravioleta.

¿Una supernova?

Una llamarada solar no es lo suficientemente potente como para generar el exceso de carbono-14 encontrado. Entonces la respuesta más evidente nos lleva a pensar en una supernova. Un alumno de la Universidad Santa Cruz de California halló en un texto anglosajón de la época referencias a un "crucifijo rojo" que se vio en el cielo tras la puesta del Sol. No obstante, parece que este texto data del año 776 d.C., lo cual no cuadra del todo con la datación del carbono-14 que fecha el estallido de rayos gamma en el año 774-775 d.C. Además, no hay otros registros de la época que hablen de ningún objeto especialmente brillante en el cielo ni de auroras boreales anormalmente fuertes en aquel año.

Explosión de una Supernova
- Foto vía UC -

La explicación más plausible es que dos objetos no visibles, como dos agujeros negros, dos estrellas de neutrones o enanas blancas, chocaran liberando grandes cantidades energéticas de rayos gamma. Además, en este tipo de choques galácticos la generación de rayos gamma es intensa pero corta, dura menos de dos segundos.

¿Cada cuánto nos llega una explosión cósmica?

Una explosión igual a la del año 775 d.C. podría dejarnos tecnológicamente tocados, y si la explosión se diera más cerca de la Tierra incluso la vida correría serio peligro. Por tanto es importante preguntarnos ¿cada cuánto tiempo sufre la Tierra un explosión de radiación tan peligrosa? La única forma que tenemos de contestar esta pregunta es estudiando los árboles, que guardan como si fueran libros, el registro de la radiación en forma de carbono-14. Los árboles más antiguos que existen tienen unos 3000 años de antigüedad, y en este tiempo, parece que sólo se ha dado un caso.


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